Lazo para el pelo o pajarita con los colores emblemáticos del Orgullo Gay, Lésbico y Trans, que se celebra el 28 de junio.

A Barbie, que adora a Andy y viceversa.

A P.A, que fue la primera mujer que me contó que amaba a las mujeres, en 1987 y me hizo comprometerme para siempre con la idea de la diversidad sexual.

A Jessie, con quien lloré, juntas, cuando Luisa no se atrevió a aceptarse y huyó de sí misma.

A Maycol, cuando narra por twitter cuánto ama.

A Lola, para celebrar su famosa frase: “la gente bisexual tiene más opciones de ligar en una fiesta” y no criticó mi risita nerviosa.

A Juana María que amó y amó hasta conseguir que su amada saliera del clóset, lo cual la liberó a ella y a toda su familia.

A Chepe porque tuvo la serenidad de escuchar mis preguntas cargadas de prejuicio sobre su vida íntima y la paciencia para responderlas y dejarme libre para reflexionar.

A René que ha amado siempre con honestidad y educa para la liberación de otros.

A Luis, que me reveló su hermafroditismo, cuando le pregunté ¿y vos qué ondas?

A las y los asistentes, de mis conferencias sobre Identidad y continuum sexual, en Centroamérica, que con sus preguntas me han permitido seguir reflexionando sobre el tema en la región.

A Bárbara Romero, que me hizo el honor de dirigir su magnífica investigación sobre Transexualidad en El Salvador con la que aprendí muchísimo más sobre los conceptos de identidad social y exclusión social en Centroamérica.

A Rosa, que me enseñó que lo exagerado que miraba en él no era exagerado, sino él mismo.

A Ethel, que ama con poesía y protege a las más jóvenes que han sido agredidas por amar a sus amadas.

A Mario, que prefirió ser honesto con su esposa y sus hijos y consigo mismo y revelarles su homosexualidad, antes que seguir engañándoles de por vida y educarlos en la represión de la libertad.

A la memoria de todas las muertas y todos los muertos, asesinados por ser ellos mismos: lesbianas, gays, trans…

A las madres y padres que han amado tanto como para no interferir en la orientación sexual de sus hijas e hijos.

A los hermanos y hermanas que han ayudado a sus hermanas y hermanos gay, lesbianas y trans a ser libres. Y que les defienden como lobas si alguien les agrede u osa agredir.

A las amistades que miran el valor de la amistad más allá de la orientación sexual de sus amistades.

A Yenny y Norman, que cada quien por su lado ayuda a luchar contra la homofobia.

A T., tranquila, cuando llegue tu momento, llegará y descubrirás que no pasa nada y todas te queremos muchísimo.

A las organizaciones civiles y religiosas que apoyan la lucha por la diversidad sexual.

A las mujeres que lo han intentado conmigo y a quienes agradezco la posibilidad de reflexionar sobre mi identidad y crecer. (Chicas, cuando esté mayor, de seguro que me arrepentiré de las oportunidades perdidas. Si no es muy tarde ¡búsquenme!).

A todo mundo: ¡Feliz día del Orgullo Lésbico, Gay y Trans!