Mildred Largaespada

La entrevista con Bayardo Arce: ¿el principio del fin del secretismo?

In Centroamérica, Comunicación, Periodismo, Política on 20 julio, 2011 at 4:55 am

Por Mildred Largaespada

Tan sencillo como que un funcionario gubernamental explique a la ciudadanía cómo están gobernando nuestros asuntos, que para eso les pagamos un salario digno. Tan mínimo cómo que un funcionario gubernamental se someta a un cuestionario periodístico, que no es otra cosa que las preguntas que se hace la gente en la calle.

Tan llano cómo que el pueblo sepa, conozca, verifique, contraste la información por medio de lo que dice el funcionario gubernamental y las propias ideas, que no es más que un derecho. Tan democrático como que fluya la información.

Eso fue lo que ocurrió durante la entrevista que el periodista Carlos Fernando Chamorro le hizo a Bayardo Arce, asesor presidencial para asuntos económicos del gobierno de Daniel Ortega, el miércoles pasado en el programa de televisión Esta Noche.

(Enlace, hacer clic) El periodista Carlos Fernando Chamorro entrevista a Bayardo Arce, asesor económico del gobierno de Ortega.

¿Y porqué se armó tanto revuelo? Lo que pasa es que como no hay libre flujo de información desde el gobierno hacia los gobernados, esta entrevista – tan normalísima- parece cosa de otro mundo. Parece como si el periodista Chamorro tuvo que hacer un viaje hasta la Luna para ir a conseguir la información que demandaba la ciudadanía. Y por eso parece un acto heroico del periodista y otro acto extraordinario del asesor gubernamental.

De aquellos errores vienen estas llamas

Hay decisiones tomadas por la secretaria de comunicación del gobierno orteguista, Rosario Murillo, que a ella le parecieron buenas en aquel momento y que día tras día se han tornado en errores graves, como este del secretismo gubernamental, el ataque a los medios de comunicación, la distorsión de datos estadísticos para beneficio propio y el ataque personal y amenazas a la vida hacia los y las periodistas, entre otros asuntos relacionados con la comunicación.

Esos errores suyos son los que ahora hacen parecer a dos personas como héroe y extraordinario. No es extraordinario que Arce se sienta cómodo ante las preguntas de Chamorro (así le vimos) y las conteste todas.

Arce es uno de los personajes de la vida nacional que conoce cómo trabajan los periodistas y sabe cómo trabajar con ellos. Además es una persona con recursos retóricos suficientes cómo para explicar la realidad que quiere explicar. También se le nota un variado repertorio en su vocabulario, que le impide contestar con monosílabos y es un político que disfruta con el debate y no se humillará con el tradicional «no sé, no comment«. Y algo importante: se notó cómo quiso hablar, cómo tenía interés en hacer una entrevista en toda regla.

Lo que le hace extraordinario es romper la norma orteguista del secretismo. Porque aunque alguna gente ha visto en la entrevista un ring de boxeo, no saben que Arce se mueve como pez en el agua en una entrevista periodística. Él mismo estará diciendo para cuándo la segunda parte.

¿En serio no hay nadie más?

Sin entrar en el contenido mismo, la entrevista despeja varias dudas, una de ellas es ¿porqué Murillo que conoce los beneficios de la comunicación efectiva ordena a sus funcionarios cerrar la boca? Mirando y escuchando lo que dice Arce durante la entrevista sólo queda pensar que la órdenes de Murillo cierran las bocas de quienes ella decide que no darán la talla.

Desde el principio del error del secretismo algunas pensamos -y esta entrevista lo confirma- que Murillo tuvo que recurrir al secretismo porque percibió que no había gente para emprender una estrategia de comunicación de otro estilo. Es decir,  ella decidió y repartió valía comunicacional, quién sí y quién no, hablaba porque sabía o no sabía hablar.

¿En serio no hay más gente que pueda dar explicaciones gubernamentales?

Bayardo Arce debería diversificarse en otra funciones, aparte de la labor de asesor económico, impartiendo unos cuantos talleres de cómo hablar con periodistas sin morir en el intento. Porque muchos van e informan a la ciudadanía, pero saben que una cosa es un cuestionario periodístico y otra es las entrevistas a bola pasada a la que están acostumbrados por el oficialismo. Eso les hace perder entrenamiento social.

¿Y Chamorro qué? Chamorro hizo de periodista como él sabe hacerlo. Pregunta-respuesta-repregunta-respuesta-ahondar-respuesta-matizar-respuesta-aclará estos nuevos datos que no se te olviden-respuesta. Nada del otro mundo. Mejor dicho, nada del mundo normal de un periodista, de ese mundo al que teme Ortega, el mundo de las preguntas para dar las explicaciones al pueblo.

Fue una entrevista ágil, dinámica, mérito de ambos. Una entrevista intensa, con verdades discutibles, que refresca el ambiente informativo y político, debería de haber más de este tipo para que no nos parezcan cosas de otro mundo.

Ojalá este sea el principio del fin del secretismo. Chamorro y Arce expresaron que van a continuar platicando. Y toda la gente estará esperando bien sentaditos en sus sillas frente a la tele, para entrar a debatir, que es uno de los deportes preferidos en el país.

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