La autora del blog, Mildred Largaespada, cuenta el cuento «Catalina Cascanueces», de origen escocés, de Joseph Jacobs. Narra las peripecias de dos hermanastras, que han desarrollado un fuerte vínculo y se ayudan una a otra. Es del tipo de cuentos de «vive o muere». Ante un público de 9-10 años, en el Colegio Pablo García Baena, en Córdoba, España. (2014) Photo by 1001 trópicos.

Por Mildred Largaespada

Cómo les encanta a las niñas y niños cuando les leés un cuento. ¿Qué tendrá la lectura de cuentos que fascina a la gente pequeña de todas las culturas, todos los idiomas? Cuando leés cuentos provocás que la imaginación abra sus puertas y salga a pasear. E imaginar provoca mucho placer al ser humano. Se empieza escuchando un cuento, después se sigue leyendo. Así se inicia el hábito de la lectura.

Llevo 14 años leyendo cuentos a niñas y niños. Primero a mi hijo e hija, y después a otros niños, sobrinas, hijas de amigos, estudiantes de los colegios de mis hijos. En cierto segmento poblacional soy conocida como “la que cuenta los cuentos”. ¡Y me recuerdan incluso ahora que tienen 15 años!

No es verdad la frase “a este niño no le gusta leer”. Lo que sí es verdad es la frase “a este niño no le enseñé a leer”. Porque a leer se aprende y alguien tiene que hacer esa labor de enseñanza: la madre, el padre, abuelas, abuelos, tías, tíos, amistades, profesores… alguien. ¿Cómo enseñar a leer?

Escribí mis notas de cómo enseñar a leer a niñas y niños y me salieron casi 30 ideas. Por ahora voy a publicar siete, que corresponden a la etapa de inicio cuando empezás a educar la satisfacción de escuchar cuentos y leer cuentos. Están orientadas para iniciar a niñas y niños, pero si sos una persona adulta y querés empezar a leer, también podés seguir estas ideas.

1. Empezar desde que es bebé

Sí, desde bebé. Contar historias y darles libros de plástico, como si fueran juguete. Así como cuando les das un juquete consiguen investigarlo a base de darle vueltas y vueltas, tocarlo y lanzarlo para saber cómo se escucha cuando cae, igual con los libros (hay libros que suenan, con texturas): los abrirán, darán vueltas, investigarán y vos le enseñarás “cómo se lee” al abrirlo, leerlo y mostrarle que “estás leyendo” una historia que está dentro del libro de plástico. Hay que empezar a contar historias desde que aprenden a sentarse. Y decirle que esa historia es “un cuento”.

2. Leerle cuentos antes de dormir

A partir de un año ya podemos empezar a practicar la hora de dormir con un cuento. Tooooodas las noches, sí, tooooodas. El momento en el que estás leyendo un cuento, y estás solo para ellas y ellos, es el GRAN momento de iniciación de los grandes lectores que serán. Estás creando un espacio cómplice porque leyendo se despierta la imaginación, se viaja mentalmente, y todo eso proporciona placer. Así se consigue asociar el leer, igual a placer.

3. Organizar una pequeña biblioteca

Coloca una estantería, o mesa, para acomodar los libros de cuentos. Verás cómo va creciendo esa biblioteca en la medida que las niñas y niños crecen. Cuando llega el momento de dormir, preguntás ¿cuál cuento querés que te lea? Y que vaya a seleccionar a su propia biblioteca su historia para dormir. Lo más probable será que traiga el mismo cuento de la noche anterior. Les encanta escuchar la misma historia muchas veces para comprender mejor todos los detalles. La biblioteca crecerá en volúmenes porque comprarás libros, y le regalarán libros (porque cuando te pregunten qué le regalo para su cumpleaños, vos vas a decir ¡libros de cuentos!).

4. Que te vean leer o con un libro en la mano

Si ven que vos leés, aprenderán a leer. Porque esto funciona por imitación. Y tenés que ir leyendo y contando cómo va tu lectura día a día: “llevo dos capítulos y ya sé quién es el malo de esta historia”, “ay, no puedo dejar de leer este libro”, “voy por la mitad y todavía no pasa nada”, “ya terminé, qué gran historia, muy emocionante”.  Te preguntarán de qué trata la historia. Conversarán sobre para qué sirve leer, las historias, los géneros literarios. Y siempre que podás, que te vean con el libro en la mano.

5. Leer cuantas veces quieran su libro favorito, así sean 300 veces o más

¿Por qué les gusta que les leás el mismo cuento? Porque su capacidad para comprender las palabras y sus referentes no es la misma que para un adulto. Cuando en un cuento se dice “y vino una tormenta”. Una persona adulta sabe lo que es una “tormenta”. Las niñas y los niños, todavía no. Quieren escuchar el mismo cuento muchas veces porque tienen mucha curiosidad innata y quieren comprenderlo todo. A su vez, porque les gustan los personajes o los finales de ESE cuento. Y porque hay estructuras internas de algunos cuentos que conectan con sus etapas de vida. En el cuento de Hänsel y Gretel hay una estructura interna en la que los niños tienen que superar muchos retos en solitario. Esa estructura conecta con la etapa de 7 años, en la que se enfrentan a retos solos en la vida real, por ejemplo.

6. ¿Un cuento de libro o uno inventado?

Te sorprenderá la reacción: prefieren el inventado. Sí, aunque creás que no tenés dotes para imaginar historias, ¡las niñas y los niños creen que tenés capacidad de autora/autor bestseller! Preguntá qué prefieren y verás. Y empleáte a fondo, entregá tu arte por las noches, tendrás público cautivo, además. Conozco un padre que empezó así, inventando a solicitud de sus hijos, y terminó creando toda una serie de cuentos con los mismos personajes. Gran éxito tuvo.

7. Actuar la narración de los libros

Si les estás contando La Caperucita Roja, ¿cómo habla ella, cómo habla el lobo? Narrá los cuentos actuando lo que va sucediendo. ¿Cómo si no vas a poder hacer sentir lo que escuchan? Tus dotes actorales se ponen en escena y les encanta. Decime: ¿Cómo suenan las alas de un dragón al empezar a volar?

Twitter: @1001tropicos

Instagram: @1001tropicos